jueves, 7 de marzo de 2013

¿Qué elementos comunes se encuentran que permiten hablar de una cultura latinoamericana independientemente del país de origen?


Muchos indígenas de las colonias americanas, participaron activamente en las luchas por la independencia dirigidas por los criollos en el siglo XIX. Sin embargo, el proyecto básico de las nuevas naciones hispanoamericanas fue organizarse al estilo europeo, con constituciones y economías que seguían los modelos franceses y británicos. Las circunstancias políticas y económicas de los pueblos originarios, por lo tanto, cambiaron muy poco: seguían condenados a la miseria y a la marginación social. Por eso han continuado las rebeliones indígenas en diferentes regiones hasta el presente. Algunos intelectuales mestizos y criollos del siglo XIX integraron temas relacionados con los amerindios en sus narraciones, denunciando la explotación y pobreza de estos grupos y reivindicando el valor de su tradición cultural. Por ejemplo, la escritora peruana Clorinda Matto de Turner (1852-1909) incluyó en sus novelas y cuentos diversos elementos de la tradición incaica y de la difícil vida que llevaban sus descendientes andinos.


 En primer lugar, durante muchos años, los indígenas han enfrentado el dilema de "integrarse" a la vida nacional, lo que significa renunciar a su lengua, a su modo de vivir, a su religión y a su identificación étnica. Segundo, hay muchas comunidades que ocupan territorios pertenecientes a países distintos que tienen leyes y políticas contradictorias, como es el caso de los wayúu en la Guajira colombo-venezolana, los aymara de Perú, Bolivia, Chile y Argentina, los miskitos de Nicaragua, Honduras y Belice, y los mayas de México, Guatemala y Belice, entre otros muchos. En tercer término, los intereses económicos de los grupos con más poder en el país están a menudo en conflicto con la necesidad de alguna comunidad indígena específica por preservar su tierra o su modo de vida. Por ejemplo, en Ecuador y Colombia, hay frecuentes tensiones entre los contratos de las compañías petroleras internacionales –que traen mucho dinero al país–, y diversos grupos indígenas que se oponen a la explotación extranjera de sus tierras.





Desde la época colonial se creó una serie de estereotipos sobre los "indios", como si fueran un grupo homogéneo. Se consideró que eran una masa ignorante, perezosa e infrahumana, y se los condenó a ocupar los lugares más bajos de la jerarquía social. Esta actitud continúa hoy en todo el mundo, especialmente con la supervaloración de la ciencia y la tecnología occidentales. Con frecuencia, la imagen que muchos indígenas tienen de sí mismos es de impotencia, miseria y abandono, lo que produce alcoholismo y deterioro social. Por otro lado, ya que las mejores tierras y fuentes de alimento son explotadas por los mestizos y blancos, varias etnias indígenas que mantienen su unidad como pueblo deben viajar periódicamente a trabajar para los patrones "ladinos", haciendo más difícil mantener la coherencia de su vida comunitaria.




Referencias:
Recuperado marzo 6 de 2013
Yepes, Enrique. Artículos sobre América Latina
http://www.bowdoin.edu/~eyepes/latam/reivind.htm

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